Diario de Sesiones 108, de fecha 6/3/2018
Punto 27

9L/C-1609 COMPARECENCIA DEL GOBIERNO -CONSEJERA DE EMPLEO, POLÍTICAS SOCIALES Y VIVIENDA-, INSTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA CANARIO, SOBRE LAS DIFERENCIAS EN EL EMPLEO Y DESEMPLEO ENTRE HOMBRES Y MUJERES.

La señora PRESIDENTA: Pasamos a la siguiente comparecencia, señorías, que sería la comparecencia 1609, a instancia del Grupo Parlamentario Socialista Canario... (Rumores en la sala). A la consejera de Empleo, sobre las... Señorías, hay un... (Prosiguen los rumores. Pausa).

Cuando ustedes quieran continuamos el pleno. Con este murmullo es imposible hacerlo y creo que no tengo que estar recordando permanentemente respeto para la persona que esté interviniendo. Por favor, señorías.

Decía que es el turno ahora de la comparecencia 1609, a instancia del Grupo Parlamentario Socialista Canario, a la consejera de Empleo, sobre las diferencias en el empleo y desempleo entre hombres y mujeres.

Para su defensa, señora Hernández.

La señora HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ: Buenas noches ya. Gracias, señora presidenta. Señora Valido.

Esto es para hablar de la situación del mercado laboral -activos, inactivos, parados y empleados, empleadas- y las diferencias entre hombres y mujeres, partiendo de datos por todos y todas conocidos, intentando averiguar la intención del Gobierno, las medidas del Gobierno para paliar esas cifras, pero intentando dar un paso más y analizar el porqué de esas cifras y si podemos, desde el Gobierno de Canarias, desde las competencias que usted tiene y de las competencias que tienen sus compañeros y compañeras, ver en detalle por qué surgen las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral.

Mire, la EPA nos decía que -en el año 2017, en la última- había cuatro puntos y medio más de paro, de desempleo, que en el año anterior, 4,3 puntos de diferencia entre hombres y mujeres en el desempleo, y eso se había incrementado con respecto al año 2016. La brecha salarial, que es cierto que otras comunidades autónomas tienen una cifra mayor, sin embargo, es unos 500 euros inferior el sueldo de los canarios y las canarias que el resto de España. En cualquier caso, la cifra, estamos hablando de unos 3100 euros al año menos, un 16,5, pero se incrementa, por ejemplo, en la industria, que es por esto que en Canarias tenemos una brecha salarial más pequeña, porque los sueldos de servicios son más bajos, ¿no? La brecha salarial en la industria se multiplica por dos con respecto al resto de sectores. ¿Dónde aprueba? ¿Dónde se aprueba, dónde hay más, sin llegar a la igualdad total, igualdad en el empleo entre hombres y mujeres y en el acceso a ese empleo? En la Administración pública, ¿por qué?, porque es con examen; porque es con examen y códigos de barras, en principio.

Dentro de los datos del desempleo, señora Valido, hay más mujeres desempleadas y hay mujeres desempleadas que están sin prestación. Sin embargo, nos ha costado -y a lo mejor usted nos puede ayudar- ver cuántos hogares sin ingresos -no está en las estadísticas- son encabezados por mujeres en Canarias y, además de eso, el dato sangrante en Canarias de la pobreza, del riesgo de pobreza, que está en el 42 %, nosotros con nuestros cálculos estaríamos hablando de por encima de la mitad de la población de las mujeres que está en riesgo de pobreza en esta tierra.

Bien, hemos ido a ver el porqué, le decía, en detalle y, mire, nosotros llegamos a la conclusión de que el mercado laboral canario está compuesto por ocupaciones de hombres y ocupaciones de mujeres. Hemos visto los contratos en 2017 por grandes grupos de operación y hemos hecho una cosa. Traemos aquí cuando en las profesiones hay el doble de un género que de otro, el doble de un sexo que de otro. Y mire, el 68,3 % de las profesiones de los contratos que se firmaron el año pasado, en 2017, el 68,3 % tiene el doble de un sexo que de otro. Por ejemplo, en 250 contratos, que cogimos los de diciembre, en albañiles, canteros, tronsadores, labrantes y grabadores de piedra, se firmaron 1200 contratos, de ellos, 1194 de hombres; en mecánicos y ajustadores de maquinaria, 256 contratos, 253 de hombres; pintores, empapeladores y afines, 331 contratos, 327 de hombres; conductores de camiones 576 contratos, 564 de hombres; peones... Así en todos los de hombre. Y le voy a decir -que seguro que nadie se lleva a sorpresa- cuáles son las profesiones de mujeres: trabajadoras de cuidados personales a domicilio, de los 449 contratos que se firmaron, 406 son de mujeres; empleados domésticos, dice la estadística, pero de los 312 contratos firmados, 280 son de mujeres; cuidadoras de niños/niñas; sociólogas, historiadoras, psicólogas y otras profesiones, 226 de 269. Y así hasta llegar a casi el 70 % de los... Y así hasta llegar a casi el 70 % de los contratos firmados en Canarias en diciembre del 2017, en el que había más del doble de un género que del otro. De manera que es evidente que tenemos un...

La señora PRESIDENTA: Un minuto más y concluya.

La señora HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ: Gracias.

Tenemos un problema en aquello de la brecha en función de la profesión. Y luego otra cosa, que seguro que usted me va a contestar, lo que se ha venido en llamar que la brecha salarial son los hijos. Y las diferencias que empiezan entre las mujeres que tienen que dedicarse a más cargos que cargas, ¿verdad?, y sacrificar parte de su jornada laboral y de su ascenso porque la Administración pública o el Estado no se hace cargo.

Discúlpeme, porque pensaba que iba a tener más tiempo para desarrollar, pero seguro que en la segunda intervención puedo hacerlo.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Hernández.

Turno ahora para el Gobierno. Señorías, el murmullo no decae...

Gracias.

Señora consejera.

La señora CONSEJERA DE EMPLEO, POLÍTICAS SOCIALES Y VIVIENDA (Valido García): Bueno, como usted ha dado ya muchos datos, no voy yo a entrar a dar datos similares. Los datos los hemos ido conociendo a lo largo de estos días, que, además, casi todos los medios han dedicado, y van a dedicar seguramente también mañana y pasado, amplios reportajes a la brecha salarial, a las diferencias y a la presencia de mujeres en las distintas profesiones, etcétera, ¿no? Pero yo creo que lo que nos toca más en esta comparecencia, por lo menos lo que me toca a mí y además he entendido que usted también me invitaba un poco a ello, es a ver de qué manera podemos cambiar las cosas, porque yo me puedo poner aquí a leer estadísticas, pero entiendo que ese no es el sentido de la comparecencia.

Y yo le voy a decir, en principio, bueno, pues, lo que estamos haciendo en un espacio complicado, en el que no tenemos demasiados cómplices las mujeres. En un espacio complicado porque, si bien las encuestas nos dicen que la mayoría de las personas que se licencian, que titulan hoy son mujeres, si tenemos las facultades llenas de mujeres, es una realidad que, cuando se incorporan a las empresas, no acceden a cargos directivos en el mismo porcentaje que acceden los hombres, o que no acceden a puestos de mando. Y eso hace que después las mujeres tengan retribuciones más bajas y que ocupen puestos de menor prestigio, por llamarlo de otra manera de alguna manera. Eso se ve, por ejemplo, en las declaraciones de la renta. Las mujeres contribuyentes declaran un tercio de lo que declaran los hombres, que tienen siempre ingresos muy superiores. Esto las que ingresan, porque después tenemos millones de mujeres por debajo del mínimo que les obliga declarar y muchas trabajando en economía sumergida porque no les queda otra. Si hablamos de pensiones o pensiones no contributivas, otra vez estamos hablando de que, de cada tres, una mujer; las demás no están, viven de la pensión del marido, cuando el marido fallece, de la pensión de viudedad, y si hay que ingresar al marido en alguna parte la mujer queda en situación de absoluta desprotección.

Se están dando situaciones que hacen que nadie pueda mirar para otro lado y que nadie pueda negar que la situación de las mujeres, lejos de haberse resuelto, necesita una atención muy especial. Por esos los datos que usted da, por esos los datos que yo estoy dando ahora la brecha salarial es innegable. Es innegable. Y lo veremos, además, lo estamos viendo ahora, pero lo veremos también, en el futuro, con todas esas mujeres que no están cotizando, cuando incluso los que coticen tengan problemas para tener una pensión digna. Y hablábamos antes, cuando hablábamos de infraestructuras, del papel de cuidadoras de familia, de hijos..., la multiocupación no remunerada que padecen la mayoría de las mujeres.

Nosotros, desde la Dirección General de Trabajo, estamos haciendo, hemos iniciado campañas en 2017 para vigilar, en acuerdo con la Inspección, los planes de igualdad de las empresas, estamos revisando los convenios antes de que sean firmados, y cuando son a posteriori y sin revisión, la Inspección nos lo comunica y se interviene. Se ha formado a los inspectores para que sean capaces de detectar la discriminación por género en las empresas y también estamos trabajando con inspectores y estamos trabajando con el Instituto Canario de Igualdad para crear una aplicación que permita la denuncia anónima en caso de acoso en el trabajo.

Porque lo que no puede ser es que ninguna mujer que esté sometida a una situación de este tipo se tenga que apretar los dientes y morderse la lengua porque no se puede permitir el lujo de quedarse sin empleo. Por eso, vamos a establecer esos canales anónimos, que estamos trabajando con el ICI, para que, cuando se produzca el acoso en el trabajo, se produzca acoso sexual, se produzca discriminación, se pueda denunciar de forma anónima. Este año se van a reforzar las inspecciones a las empresas también en la línea de revisar los convenios, revisar la situación de las trabajadoras y, desde luego, sus condiciones de trabajo y la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

A través del Servicio Canario de Empleo, como saben, se han abierto una serie de bonificaciones a la contratación, que, en el caso de las mujeres, se incrementan en todos aquellos espacios en los que la mujer no está adecuadamente representada, en espacios históricamente masculinos. La incorporación de mujeres a ese tipo de puestos de trabajo y en esas empresas es más bonificada en materia de seguridad social que otras contrataciones. Pero, además, aquellas mujeres que son víctimas de violencia tienen doble refuerzo y una mayor bonificación. Y si, además, se da una discapacidad, hay todavía una mayor bonificación, porque además tienen otra discriminación más: por mujer y por discapacidad. En el caso de las mujeres víctimas de violencia de género, lo sabe usted tan bien como yo lo importante que es el empleo, la autonomía, la vuelta a la vida normal y como tenemos que hacer una apuesta importante para que estas mujeres descubran que pueden ser independientes y vivir con su trabajo.

Hay una agenda integral por la calidad en el empleo en la que se van a incrementar la vigilancia y la prevención de riesgos laborales. Y en ese sentido, también es importante decir que en Canarias tenemos muchas trabajadoras, muchas profesionales, con importantes problemas de seguridad laboral, que están reclamando esa calidad en el empleo que usted también ha defendido en tantas ocasiones.

Estamos planteando la revisión del catálogo de enfermedades profesionales. Que las mujeres se hayan incorporado tarde al trabajo significa, entre otras cosas, que el catálogo de enfermedades profesionales es un catálogo masculino, donde la federación del metal, la federación del carbón y la federación de no sé qué, en su día, con sus reivindicaciones, consiguieron que se les reconocieran un montón de cosas que las profesiones femeninas no tienen reconocido. Y que lo que, para un trabajador es una enfermedad profesional y se va a su casa con el cien por cien, para una trabajadora es una enfermedad común y te empezamos a descontar, con lo que las mujeres vuelven al trabajo sin haberse recuperado. Y ahí estamos trabajando, lo hemos trasladado, estamos en la mesa de calidad del sector hotelero, exigiendo, pidiendo la revisión del catálogo de enfermedades profesionales con perspectiva de género. Porque no hay más que mirarlo por encima para ver las enormes diferencias en el tratamiento de enfermedades profesionales de profesiones masculinas y las de profesiones femeninas de los últimos años, en los que, además, no se ha revisado hace muchísimo tiempo y hay un montón de mujeres incorporadas al mercado laboral con problemas que no se reconocen y que no se apoyan. Además, estamos trabajando en campañas dirigidas a vigilar la discriminación en el acceso al empleo y también vamos a trabajar para promover, en las empresas que no los tienen, los planes de igualdad.

Esta es, fundamentalmente, la labor que estamos impulsando desde Dirección General de Trabajo, porque desde el Servicio Canario de Empleo, como usted sabe, pues hay ya determinadas, bueno, lo decía antes, las bonificaciones a la Seguridad Social y el apoyo a la contratación, también, de mujeres, y hay en muchos ámbitos discriminación positiva, que nos parece más que justa en una situación como la que vivimos en el Estado español.

Dicho eso, tengo un detalle que yo no creo que sea lo que usted me pide en esta comparecencia, y que sería muy aburrido a esta hora de la tarde en la que ya les cuesta mantenerse callados, porque están cansados, que yo empezara a leer todos los programas que afectan fundamentalmente a las mujeres para su promoción en el empleo. Decíamos antes que las mujeres están muy preparadas, sobradamente preparadas, que lo que tenemos es que garantizar que tengan las oportunidades a las que tienen derecho y luchar contra la discriminación, contra el acoso, contra el maltrato, y ahí tenemos que estar todas juntas.

Y me voy a reservar para la siguiente intervención otro comentario que iba a hacer, porque en ocasiones oye uno cosas que..., bueno, de un hombre machista se las puede esperar, pero de una mujer no.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Gracias, señora consejera.

Turno ahora para el Grupo Mixto.

Señora Mendoza.

La señora MENDOZA RODRÍGUEZ (Desde su escaño): Gracias, presidenta. Buenas tardes, señorías. Buenas tardes, señora consejera.

Es una realidad que en la actualidad seguimos siendo las mujeres las que sufrimos mayor precariedad laboral, y prueba de ello es que, haciendo el mismo trabajo que un hombre, cobramos menos. Tenemos contratos más precarios que los hombres y con unas condiciones que distan mucho de permitirnos llevar una vida digna, como ocurre, por poner un ejemplo, con las camareras de piso.

También podemos hacer alusión a la menor presencia de mujeres en puestos de gestión y control dentro de las empresas, a pesar de que las mujeres han irrumpido hace mucho tiempo en todos los niveles. Y es que, además, si lo extrapolamos, como ya han dicho los que me han antecedido en la palabra, en las escuelas, en las universidades y en centros de formación, son mayoritariamente las mujeres las que finalizan sus estudios medios o superiores, pero ¿tienen luego las mismas oportunidades laborales?, pues la realidad es que no. Y es que queda mucho por hacer.

Si hablamos de desempleo, según datos de Obecan de enero de 2018, se ha producido una disminución del paro femenino con respecto al mes anterior un 0,37 % frente a los hombres, que se ha incrementado en un 0,06 %, una cifra positiva. Pero aún hay más de 120 000 mujeres a la espera de encontrar un puesto de trabajo frente a los 95 000 hombres. Si lo comparamos con los datos de hace un año, enero de 2017, el paro se ha reducido en un 10,16 % entre los hombres y solo un 4,20 % entre las mujeres, una diferencia bastante notoria.

Señorías, en la actualidad, algunos empleos tristemente continúan siendo, siguen siendo reservados para hombres, lo que condiciona aún más las aspiraciones laborales de una mujer. La realidad es que la discriminación y la brecha salarial entre géneros existen y que aún no está prohibida por ley y el control que se hace respecto a esto es muy poco o a veces inexistente. Asimismo, también se refleja esta diferencia en el gran sobresfuerzo que hacemos las mujeres en el desempeño de tareas no remuneradas, como es el cuidado de familiares o de dependientes. Porque son ellas quienes suelen pasar épocas alejadas del mercado laboral con más asiduidad que los hombres, afectando a su retribución por horas e ingresos futuros y pensiones, tal y como refleja el último informe de noviembre de 2017 de Eurostat a nivel nacional.

Señora consejera, tenemos que seguir poniendo el acento en incrementar un poco más la actividad inspectora para acabar con la precariedad y mejorar el estado de bienestar de nuestros ciudadanos canarios, sobre todo en el colectivo de las mujeres, que continúa siendo muy...

La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Mendoza.

Turno para el Grupo Nueva Canarias, señor Campos.

El señor CAMPOS JIMÉNEZ (Desde su escaño): Muchas gracias, señora presidenta.

Voy a dar inicialmente una serie de datos, algunos ya se han planteado aquí con un enfoque distinto, pero en la última EPA, en Canarias, centrándonos en nuestra tierra: porcentaje de desempleo, en el caso de los hombres 20 %, en el caso de las mujeres 24,3 %. Más de cuatro puntos de diferencia entre hombres y mujeres. Pero un dato que todavía me preocupa más. Obecan, el dato de personas inscritas en el desempleo, en las oficinas de empleo del Servicio Canario de Empleo: marzo de 2015..., es decir, yo no me voy a ir, bueno, a hace quince años, hace diez años, ni siguiera a los inicios de la crisis, marzo de 2015: hombres registrados en situación de desempleo 123 000, mujeres 133 000, 10 000 mujeres más que hombres. Febrero de 2018, apenas tres años después: hombres desempleados inscritos 95 000, mujeres 119 000, 24 000 mujeres más que hombres. En poco más de dos años hemos pasado de 10 000 mujeres a 24 000 mujeres de diferencia con respecto a los hombres inscritos en situación de desempleo, en nuestra tierra, en el mismo periodo temporal, en el marco en que estamos, saliendo de la crisis. Por tanto, para mí ese es un tema que tendría que hacernos reflexionar de manera importante, porque no solamente estamos contribuyendo a disminuir las brechas no con generaciones pasadas, sino en apenas tres años de una forma yo creo que alarmante.

Escuchamos con muchísima frecuencia el que las mujeres están mucho peor remuneradas a igual puesto que los hombres, y en la mayoría de los casos es cierto, sobre todo en las grandes corporaciones. Esto en pequeñas empresas generalmente no se ve, en la Administración pública normalmente tampoco, salvo en un aspecto fundamental. El problema ya no es que, a igual puesto de trabajo, diferente salario, es que, desgraciadamente, las mujeres no suelen tener igual puesto de trabajo que los hombres, sobre todo a partir de determinadas categorías y, por supuesto, en categorías directivas.

Ese es otro gran problema que tendríamos que analizar. Si lo analizamos, tendríamos que entrar también en el ejemplo que se da desde las administraciones públicas. Este Gobierno es un clarísimo ejemplo de ello, no solamente en las consejerías -se ponía el caso esta mañana-. Es verdad que aquí ha habido movimientos a lo largo de la misma, empezamos con paridad y, poco a poco, se ha ido perdiendo esa paridad, ¿para qué lado?, por supuesto, para el de las mujeres. Pero si hablamos de direcciones generales o si hablamos, bueno, de viceconsejerías, es un claro ejemplo donde se podría intentar trasladar esa situación desde alguien que tiene que dar un claro ejemplo.

Consejos de administración. Escuchábamos el otro día a un presidente de la patronal decir algo tan vergonzoso como que las mujeres tendrían que seguir formándose para poder acceder. Mire, estoy convencido de que no hay ni una sola mujer que estaría dispuesta a aceptar un puesto en un consejo de administración si no está preparada; lo que pasa es que la premisa inicial es falsa, hay mujeres preparadas para estar en esos puestos, en consejos de administración y en cargos directivos.

La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Campos.

Turno ahora para el Grupo Podemos.

Señor Déniz.

El señor DÉNIZ RAMÍREZ: Señora presidenta, señorías.

(Abandona su lugar en la Mesa la señora presidenta. Ocupa la Presidencia la señora vicepresidenta segunda, Tavío Ascanio).

Se acerca el 8 de marzo y la humanidad entera sigue ante el reto de seguir avanzando hacia la igualdad, hacia la libertad y hacia la consideración de la mujer.

En todo este tiempo, el movimiento feminista ha logrado que las reivindicaciones feministas sean una preocupación absolutamente de todos, las personas, grupos políticos y demás, sin distingo de ideología o de siglas. Yo espero que en los próximos años se sigan sumando quienes aún siguen mirando con recelo algunas convocatorias del 8 de marzo. Pero, efectivamente, aquí se ha planteado que esta es una cuestión de democracia y de igualdad vital, necesaria para decir que vivimos en una sociedad democrática. Pero el problema es que nos enfrentamos a estructuras sociales muy potentes que generan una construcción de cultura y sociedades y, por lo tanto, pautas de conducta, normas que también se convierten en estructuras de expectativas sobre las mujeres que se convierten en hegemónicas. Prácticas hegemónicas, una hegemonía machista, mayoritaria, que además se reproduce y que, además, utiliza el sexo biológico y las tradiciones para seguir justificando la diferencia. Y ese es uno de los retos que tenemos encima.

Yo creo que, en fin, hay instituciones como la familia, la escuela, los medios de comunicación, las redes sociales, la Iglesia -que se lucen cada vez que abren la boca-, pero también instituciones, señores, que, con una política permisiva hacia las desigualdades. Las desigualdades, que se manifiestan, en el caso concreto del ámbito de lo laboral, por ejemplo, con el misterio sobre las diferencias salariales. Mañana mi portavoz de grupo planteará una propuesta en el sentido de exigir más transparencia a las empresas privadas. Porque tenemos un gran problema con la empresa privada. Si bien en la empresa pública hay bastantes síntomas de igualdad, y lo puedo constatar por el trabajo que desempeño, es verdad que en la empresa privada tenemos un problema. Y en ese sentido una de las propuestas que haremos mañana será exigir más transparencia a la hora de justificar las diferencias salariales entre hombres y mujeres.

En Canarias, ya todo el mundo ha aportado datos, yo aporto el siguiente: las mujeres ganan 85,17 puntos menos..., esto..., sí, menos que los hombres. O sea, perdón, ganan el 85,2 de lo que gana un hombre, ¿no? Esto se agrava más en el caso de Canarias, en el cual en hostelería tenemos un volumen más de mujeres trabajando que de hombres, y ahí la diferencia es del 77,7 %, y tenemos un brecha salarial importante de un 11,8.

En definitiva, también tenemos el problema de las mujeres agrarias, las mujeres rurales. El consejero el otro día nos dijo que, desgraciadamente, después de que se ha puesto en funcionamiento el registro de titularidad compartida, ninguna mujer se ha apuntado. Quizás ahí el Gobierno debería hacer más campaña.

En definitiva, tenemos problemas con la Inspección de Trabajo, con pobreza, etcétera, etcétera. Yo creo que hay un fantasma que recorre el mundo, que es la misoginia en la cultura, en el deporte, en el trabajo, y tenemos razones más que suficientes para apoyar la huelga del 8...

La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA (Tavío Ascanio): En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra su señoría el señor diputado don José Estalella Limiñana.

El señor ESTALELLA LIMIÑANA: Gracias, señora presidenta. Señora consejera, buenas tardes. Buenas tardes, señorías.

Desde su fundación, el Partido Popular tiene un firme compromiso con la igualdad. Navarro, Roldós, Tavío, Montelongo, Márquez o Luzardo son solo algunas de las mujeres del Partido Popular de Canarias que han ocupado cargos públicos de primer nivel, algunas de ellas, incluso pioneras en su ayuntamiento o cabildo, terreno aún solo abonado a los hombres en otras formaciones políticas. Como se puede comprobar, nuestro compromiso con la igualdad es innegociable: solo el mérito y la competencia determinan su nombramiento.

Esta comparecencia se titula: las diferencias en el empleo y desempleo entre hombres y mujeres, cuyo resultado más indeseable son la brecha salarial y la desequilibrada tasa femenina respecto de la masculina, a pesar de contar con la generación de mujeres mejor preparadas de la historia: el 60 % de los titulados universitarios superiores son mujeres.

Estos días, muchos expertos han concluido que uno de los factores que resulta definitivo para generarse la brecha salarial y esta tasa de desempleo desequilibrada es la maternidad. Es ahí donde debemos atacar la raíz del problema. Debemos proponer fórmulas que garanticen a las mujeres que la maternidad no será un coste para su carrera profesional. El objetivo tiene que ser conseguir una sociedad en la que las mujeres puedan elegir ser madres sin miedo a perder su puesto de trabajo o pasar a tener una remuneración inferior casi de manera irreversible. Todas las medidas encaminadas a ello son y serán apoyadas sin ambages por el Partido Popular. Para ello, debemos derribar en Canarias las barreras visibles e invisibles como ha hecho, aunque aún reconocemos que queda mucho camino por hacer, el Gobierno de Mariano Rajoy, aprobando, por ejemplo, dos medidas, como el currículum anónimo o la compensación de la pensión por los años de maternidad, en algunos casos.

La animo a poner en marcha, señora consejera, medidas que apoyen la conciliación y la corresponsabilidad con los hijos y la vida familiar aquí en Canarias. Le agradezco su intervención, trufada de detalles sobre las políticas y estrategias que desde su consejería hace, y es muy de agradecer. Pero, lamentablemente, usted forma parte de un Gobierno con poca o nula sensibilidad respecto a la igualdad y a la paridad. Lo demuestra el hecho de la descompensación extraordinaria que existe en la plantilla de altos cargos del Gobierno, incluso en la remodelación del Gobierno han eliminado la paridad del mismo. Incumple de manera flagrante las más mínimas normas de equilibrio y esto solo se puede deber a dos cosas: una -que ya le adelanto que no comparto y creo que no es así-, que entre las mujeres de Coalición Canaria el señor Clavijo no encuentra el talento y la capacidad para desarrollar según qué funciones; o, dos -en la creo firmemente-, que el criterio de selección de la plantilla de altos cargos sea el de atender a criterios territoriales sobre cualquier otro.

Haría bien el Gobierno de Canarias en corregir esta desigualdad y predicar con el ejemplo para ponerse, de forma legítima, al frente de esta lucha que debemos ganar más pronto que tarde para vivir en una sociedad más justa y plena.

La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA (Tavío Ascanio): En nombre del Grupo Nacionalista Canario, tiene la palabra su señoría la señora diputada doña Migdalia Machín Tavío.

La señora MACHÍN TAVÍO: Gracias, presidenta.

Señorías, el informe del Foro Económico Mundial del 2017 advierte que, al ritmo actual, para acabar con la brecha de género global, se tardará cien años en lograr que hombres y mujeres tengan la misma participación política, acceso a la educación, a la salud e igualdad económica y laboral. Esto nos indica que, tras años de progreso, lento pero constante, los indicadores de paridad no solo se estancado, sino que han empeorado. Una caída que se debe, entre otras cuestiones, a la desigualdad en el lugar de trabajo, es aquí, en los entornos laborales y en la economía, donde la brecha de género se hace aun más evidente.

En Canarias, la situación..., de los datos que nos aporta el Obecan, destaca lo siguiente: mayor cualificación entre las mujeres ocupadas que entre los hombres y esto no se traduce en salarios más elevados, que sería lo justo. Vamos a preguntarnos: ¿por qué sucede esto? Porque en pleno siglo XXI todavía las mujeres ocupan pocos puestos de responsabilidad en todos los ámbitos.

Por eso, desde mi grupo parlamentario, hemos presentado una proposición de ley de modificación de la Ley Canaria de Igualdad entre Hombres y Mujeres, que, desde un punto normativo, pueda sustentar la regulación de órganos de relevancia estatutaria de Canarias y contemple el equilibrio entre la presencia de hombres y mujeres.

El estudio nos muestra una comunidad autónoma que no es diferente a la estatal, no es diferente a la tendencia que hay a nivel global. Todo coincide en lo mismo: la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo escandalosa. Los datos nos obligan a actuar ya y por eso desde el Gobierno ya se han tomado algunas medidas. Sabemos que están trabajando en base al documento de Canarias para la igualdad de hombres y mujeres 2013-2020 en su eje estratégico. También que la Dirección General de Trabajo ejecutó el año pasado varias campañas que incluyen la revisión de los convenios colectivos antes de su publicación para hacer observaciones y sugerencias, al igual que se han celebrado varias reuniones entre los inspectores de trabajo de la Seguridad Social, el Instituto Canario de Igualdad y la Dirección General de Trabajo, además de otras líneas de formación en materia de igualdad con el objetivo de mejorar la especialización de los inspectores de trabajo.

Señorías, sabemos que el camino para corregir esta desigualdad de género, sabemos que podemos avanzar en legislación, en normas, pero nuestro verdadero reto está en concienciar a la sociedad y esto es una responsabilidad de cada uno y cada una de nosotras.

Gracias.

La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA (Tavío Ascanio): En nombre del Grupo Parlamentario Socialista, para una segunda intervención, tiene la palabra su señoría la señora diputada doña Patricia Hernández Gutiérrez.

La señora HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ: Gracias, señora presidenta.

Yo creo que todas las mujeres que estamos aquí, señor Estalella, estamos por capacidad y mérito, cosa que no se plantea en los hombres. Es decir, el problema no está en la falta de formación de las mujeres, el problema está en otro sitio. Y si es verdad -porque es verdad- que salen más mujeres licenciadas, diplomadas que compañeros varones y si es verdad -porque es verdad- que ellas salen con mejores notas que sus compañeros varones, ¿qué está pasando para que las que sean absorbidas por el mercado laboral sean menos que sus compañeros varones? Esto no es solo una cuestión de injusticia latente contra la mitad de la población, es una cuestión de ineficiencia económica que el mercado laboral no esté sabiendo absorber de igual forma a las mujeres que a los hombres y, por tanto, también su talento.

Y en los partidos políticos lo mismo. Evidentemente, porque no son ajenos al machismo de la sociedad, no son ajenos. Y le puedo asegurar que, igual no en esta tribuna, alguna de las que ustedes han nombrado y otras que no, me han contado..., en fin, los de todos, aquí no vamos..., cómo fueron tratadas diferente que sus compañeros, diferente que sus compañeros, y yo creo que todas podemos contar cómo hemos sido tratadas diferente a nuestros compañeros varones.

Son varias cosas. Desde luego, la ineficacia e ineficiencia del mercado laboral, las profesiones menos prestigiosas ocupadas por mujeres..., las profesiones menos prestigiosas y cómo, además, cuando se cambia la palabra -ahora que se habla de portavoza, ¿verdad?-, ¿saben lo que no existe tampoco?, modisto. Las palabras terminadas en -ista son neutras: electricista, periodista, surfista, ¡modista!; sin embargo, cuando los hombres se incorporaron a la profesión y la cambiaron y dijeron "modisto", a la vez que dijeron "modisto", le aumentaron el prestigio a la profesión. Le aumentaron el prestigio porque, cuando una piensa en modista, piensa igual en la que te sube el vuelto enfrente de casa y cuando pienso en modisto, en Victorio & Lucchino. Y le añaden, y le añaden valor, valor a las profesiones hechas igual solo cambiándoles el nombre. ¿Es mentira lo que estoy diciendo? Solo cambiándoles el nombre les añaden prestigio a las profesiones hechas por hombres. Y por qué es mejor y se cobra más en una ingeniería, copada por varones, donde es muy difícil que las mujeres entren, que en las ciencias sociales, copadas... -porque no son ciencias, faltaría más, te diría un ingeniero- copadas mayoritariamente por mujeres. Esta es una de las brechas. ¿Por qué las profesiones donde hay más mujeres son peor consideradas, tienen peor valoración y peor sueldo?

(Se reincorpora a su lugar en la Mesa la señora presidenta).

Y lo segundo de lo que hablaba, y que me van a permitir aquí: los hijos, los dependientes y los enfermos, y no se ha abordado en esta comparecencia en su integridad. Es modelo social, es modelo social, dice el Partido Popular, Coalición, estaremos, estaremos en todas las propuestas, en todas las propuestas que mejoren la igualdad salarial y afecten tal...

En primer lugar, deroguen la reforma laboral para que los planes de igualdad sean obligatorios en las empresas en los convenios colectivos.

Segunda cosa, y que también tome nota el Gobierno de Canarias: las escuelas infantiles, que no hay en esta tierra, y que debe haber un verdadero plan de escuelas infantiles, donde estaría muy bien que el Gobierno de España se comprometiera. Porque antes había dinero porque resulta que las mujeres en Canarias tienen que decidir si ser madres o ser trabajadoras, ¡o ser trabajadoras! Y el 75 % de los contratos a tiempo parcial son de mujeres y no son voluntarios, porque tienen que estar en su casa cuando el niño o la niña sale del colegio. Y hay que cambiar y habrá que asumir, no solo las mujeres, que se tengan hijos, que se dice que faltan hijos. ¡Faltan hijos, hay que crecer la natalidad, hay que pagar las pensiones! Hay que pagar las pensiones, habrá que tener niños, pero alguien tendrá que cuidarlos y la carga no puede recaer exclusivamente en las mujeres. Entiendo que también tendrá que recaer en los varones, pero lo tiene que asumir también el Estado y tiene que haber una red fuerte de educación 0-3 años.

Y la dependencia. Cuando el año anterior, que teníamos los estudios, que se habían creado las tres mil plazas en dependencia, se habían (ininteligible) mil puestos de trabajo, ¡mil puestos de trabajo!, de mujeres, mayoritariamente, pero, además, había otra mujer que se liberaba de la carga de tener que cuidar al dependiente. Hicimos el plan Concilia porque lo habíamos detectado y a mí me alegran algunas de las cosas que usted dijo de que había mujeres a las que se les llamaba para ofrecer un puesto de trabajo, pero como el sueldo es tan bajo, ¡tan tan bajo!, no podía aceptarlo porque lo que la escuela infantil o la guardería del niño cobraba era casi lo que iba a cobrar. Los sueldos tienen que subir o el Estado tiene -en esto también- tiene que asumir la parte de la carga que están asumiendo las mujeres.

Lo voy a decir al revés: este modelo social necesita a las mujeres en casa y si no lo cambiamos... Sí, porque ¿quién los cuida?, es que están siendo las mujeres. Y, claro, es que cuando resulta que no hay plazas de escuela infantil, cuando resulta que estamos los últimos en dependencia o en sanidad -donde mayoritariamente, por cierto, son sanitarias-, cuando se hacen los recortes o se hicieron con la crisis, fueron mujeres también las que fueron al paro, que había más mujeres sanitarias que hombres sanitarios. Cuando se decidió parar la ley de dependencia, fueron mujeres las que no cotizaban, las cuidadoras, pero también había una mujer que tenía que volver de su puesto de trabajo a casa a cuidar a su dependiente. Y me podrían decir "¿y por qué no un hombre?" Porque no es así, porque no es así. Ojalá lo fuera, y tendrá que serlo, habrá que hacer los cambios, pero, mientras tanto, las administraciones públicas deben también ocuparse, que antes decía las causas, de por qué las mujeres son el 75 % de los contratos de trabajo, de los contratos a tiempo parcial, por qué se cobra menos, también por el prestigio.

Me gusta muchísimo lo de los catálogos profesionales, porque muchas veces se dice -aquí lo hemos hablado cuando lo de las jubilaciones de las camareras de piso- que tienen jubilaciones anticipadas, unos meses antes, los policías locales porque se consideraba que su profesión necesitaba tener una jubilación anticipada y, sin embargo, no se consideraba una profesión gravosa, con el suficiente cansancio, las cargas..., la de las camareras de piso. Está claro que eso ha sido el machismo, que ha llevado a tomar las decisiones anteriormente, y ahora también. Y ahora también, que no nos escapamos.

Y es verdad, como me ha dicho mi compañera Migdalia, que el Estado del bienestar, el desarrollo del Estado del bienestar y de la educación pública, hizo que poco a poco se fuera bajando la brecha salarial, hizo que poco a poco ganáramos en igualdad. Pero estamos parados. En igualdad, parado es retroceder, pero yo creo que en algunos casos estamos retrocediendo, y ahí están las estadísticas. En igualdad, parar es retroceder, pero, en muchos casos, estamos simplemente retrocediendo. Y cuando vemos que se dan pasos, por ejemplo, para reconocer la jubilación anticipada de ciertas profesiones y de otras no, que están copadas, efectivamente, por mujeres, o cuando de pasar de tener como obligatorio los planes de igualdad en las empresas, en los convenios colectivos de las empresas más grandes, los quitamos fuera, o cuando los permisos de lactancia no se podían acumular.

En fin, son tantas cosas, son tantas cosas que se hace necesario ver qué es lo que está pasando en los últimos años para que ese avance no sea a ritmo, para que un avance que nosotros pensamos que era sí o sí, digamos si no hacemos nada, no se corrige. Y la realidad es que yo no sé con qué..., tenemos que darlo todo, porque yo no sé con qué cara vamos a presentarles nosotros el panorama a las que nos sucedan. Muchas fueron las mujeres que se dieron cabezazos contra ese techo de cristal y abrieron huequitos para que nosotras nos coláramos. Igual nosotros no hemos dado los suficientes cabezazos para abrirle una grieta mayor. Me decía el otro día una compañera que no es de cristal, es de cemento o suelo pegajoso, no lo sé. Pero lo que tengo claro es que el 8 de marzo tiene que servir para hacer una catarsis, que parece que así va a ser, que va a haber muchas mujeres reclamando sus derechos, exigiendo sus derechos. Pero aquí los partidos políticos tienen que comprometerse para que no solo sean medidas de las que usted... -que me alegro mucho-, de inspección, de sanción, de formación, de incentivos, sino también de remover todas aquellas trabas que impiden que las mujeres accedan de forma igual al puesto de trabajo, porque no hay igualdad ni en los cargos, ni en las cargas, y que se reparta entre hombres, mujeres y Administración pública, que, en esta crisis se ha quedado muy al margen y ha hecho que las mujeres retrocedan en igualdad.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Hernández.

Para cerrar esta comparecencia, el Gobierno, señora consejera.

La señora CONSEJERA DE EMPLEO, POLÍTICAS SOCIALES Y VIVIENDA (Valido García): Bueno, la verdad es que, de todas las intervenciones, yo creo que, como ha dicho también la proponente de la comparecencia, hay muchas más cosas que nos unen que que nos separan. Hemos coincidido en prácticamente todos los planteamientos y reflexiones.

Yo, en la primera intervención, he intentado dar cuenta de lo que se hace desde la Dirección General de Trabajo, desde Empleo, las medidas que se ponen en marcha o las que se van a poner en el futuro, las cuestiones que nos preocupan, como se ha dicho, la inspección, la sanción, la promoción de la igualdad... Y, en ese sentido, creo que ha quedado perfectamente explicado.

Señor Estalella, permítame la broma, pero, cuando usted habla de discurso trufado, digo yo que se ha vuelto adivino, porque me trae el discurso hecho sin escucharme... Bueno, a mí me gustaría que me hubiera escuchado y me hubiera contestado a lo que yo digo, pero si usted se mete con mi discurso con un discurso ya construido, pues yo qué le voy a contestar.

Lo importante es que estamos de acuerdo en los asuntos importantes, y que compartimos la necesidad de promover la igualdad y de seguir luchando por la igualdad. En ese camino nos vamos a encontrar todas. Algunas con matices, algunas con posiciones más duras, otras con posiciones más laxas, pero, en definitiva, lo que se traduce de todas las intervenciones es que estamos de acuerdo en que hay que hacer más, hay que hacer mucho más, hay que promover más, hay que comprometerse. Y comprometerse también con reformas laborales que establezcan medidas de obligatorio cumplimiento, que no dejen los convenios al albur del deseo de los empresarios. Y digo empresarios porque la mayoría son empresarios, no empresarias. Y por ahí podemos avanzar mucho.

Me parece muy interesante la propuesta de pelear para que una reforma laboral próxima -ojalá más pronto que tarde- recupere la obligatoriedad de los planes de igualdad, porque creo que son absolutamente claves en la incorporación de las mujeres al mercado laboral.

Y tenemos mucho que hacer en materia educativa y cultural. Y tenemos muchas conciencias que cambiar, y a mí no me toca, porque yo no llevo el Instituto Canario de Igualdad, no me toca ahora dar cuenta de las campañas que se hacen para promover la igualdad en la población joven, en la población escolar. Pero, desde luego, la manera de mirarnos, la manera de considerarnos, la manera de tratarnos, pasa por la educación, porque es fácil reconocer a un hombre que se ha educado en la igualdad y el respeto y al que no. Es muy fácil. Y la clave para el futuro está ahí, en educar hombres para la igualdad, mujeres para la igualdad, con respeto, con garantía de igualdad de oportunidades. Por eso creo que es importante, al margen de la vigilancia, de las medidas, de las leyes, de los controles, de las sanciones, que generemos una sociedad diferente. Diferente a la que tenemos, que no nos gusta, que no nos gusta a millones de mujeres. Y probablemente las que estamos aquí somos unas privilegiadas, pero, precisamente por eso, tenemos la obligación de hablar en nombre de las demás y de representarlas. Y por eso yo mañana, señora Luzardo, no para ir a la peluquería, que es de los comentarios más machistas que he oído en los últimos tiempos, tengo todo el derecho a parar dos horas para ir a la huelga, porque yo trabajo de lunes a domingo todo el tiempo que tengo que trabajar y si paro dos horas para apoyar a las mujeres no es para irme a la peluquería. Y es muy triste que eso lo diga una mujer, porque es que estamos hablando de una sociedad que no nos gusta, de una sociedad machista, de una sociedad que no nos respeta y resulta que ni siquiera nosotras nos vamos a apoyar, que, a la primera oportunidad, aprovechamos para destruir a la contraria.

Mucha responsabilidad tenemos nosotras, como ellos, en que tengamos una sociedad que no se tenga que avergonzar de las cosas que pasan con sus madres, con sus abuelas, con sus hijas, con las mujeres del futuro.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora consejera.