Diario de Sesiones 96, de fecha 29/10/2013
Punto 19

· 8L/PO/P-1141 Pregunta de la señora diputada doña María del Mar Julios Reyes, del Grupo Parlamentario Nacionalista Canario (CC-PNC-CCN), sobre estudios del Gobierno de España sobre riesgo de seísmos consecuencia de las prospecciones petrolíferas, dirigida al Gobierno.

El señor presidente: Siguiente pregunta, de la señora diputada doña María del Mar Julios Reyes, del Grupo Nacionalista Canario, dirigida al Gobierno.

Doña María del Mar.

La señora Julios Reyes (Desde su escaño): Muchas gracias.

Señoría, ¿sabe si el Gobierno de España ha realizado estudios previos sobre el posible impacto en el riesgo de aparición de seísmos en las islas y sus consecuencias en las prospecciones petrolíferas que han autorizado en Canarias?

El señor presidente: Muchas gracias, doña María del Mar.

Por el Gobierno, señor consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial, don Domingo Berriel.

El señor consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial (Berriel Martínez) (Desde su escaño): Gracias, señor presidente. Señoría.

El Gobierno de Canarias no tiene constancia de que por parte del Gobierno de España ni de la compañía promotora -Repsol- se haya realizado estudio alguno sobre el posible impacto en el riesgo de aparición de seísmos en las islas como consecuencia de las prospecciones petrolíferas. Es más, señoría, en su precipitación por obtener cuanto antes y a toda costa el permiso -ya predeterminado- para realizar las prospecciones y, en su caso, si estas tienen éxito, la explotación de yacimientos petrolíferos, el promotor no ha dudado en someter a consulta y exposición pública un documento, a modo de estudio de impacto ambiental, para la obtención de la preceptiva declaración de impacto ambiental, a todas luces insuficiente por incompleto e inadecuado para el objeto de la evaluación ambiental al que debe estar dirigido, donde ninguna información aporta en relación con los riesgos sísmicos a los que su señoría alude.

Valga como ejemplo que, como veremos con mayor detalle en una comparecencia en este pleno, en el estudio de impacto ambiental de las prospecciones realizado por encargo de la compañía Repsol sorprende la falta de algunos documentos que, a pesar de aparecer citados en el estudio, no figuran como anexos para poder ser analizados en detalle, entre ellos un estudio de impacto ambiental de la campaña sísmica en una zona, aguas adentro, frente a las costas canarias realizado en el año 2002. Ni, lo que es peor, no aporta tampoco el proyecto técnico, ni siquiera el proyecto básico de las prospecciones y, por tanto, resulta de imposible evaluación para determinar el tipo de riesgo que depende en gran medida del modo de la investigación.

En definitiva, el estudio de impacto presentado por la compañía Repsol está lleno de incertidumbres e imprecisiones, entre ellas los riesgos sísmicos derivados de las técnicas fracking o similares a emplear en las prospecciones, posibilidad apuntada pero no precisada en el estudio presentado. Y si es impreciso determinando los riesgos de la operación, más aún, señorías, determinando sus consecuencias, pues deja fuera del estudio riesgos tan indeterminados como son, entre otros, el incremento del riesgo de producir movimientos tectónicos y sísmicos derivados de algún tipo de fracturación no descartada, como he dicho, así como las sinergias que pueden provocar las operaciones con los riesgos de sismos que frecuentemente se registran en la zona como consecuencia del carácter volcánico de las islas Canarias.

Muchas gracias, señoría.

El señor presidente: Muchas gracias, señor consejero.

Doña María del Mar.

La señora Julios Reyes (Desde su escaño): Muchas gracias, señoría.

Es muy grave. Me acordaba de una pregunta que le realizaba en el 2002 como diputada al entonces ministro de Defensa, el señor Trillo, le preguntaba por la valoración, si la había previa, de algún estudio de impacto en el sector turístico y en la fauna marina de las maniobras militares que estaban realizando en la isla de Fuerteventura en ese año. Entonces, al igual que ahora, el Gobierno de España desmentía contundentemente que existiera una relación entre eso y el varamiento masivo de zifios; negaba -como ahora- riesgo alguno y ni tan siquiera -como ahora- había una investigación previa seria. Era tal el desprecio -como ahora- que el Gobierno de España desprestigiaba y ninguneaba a los científicos -como ahora-, a los organismos internacionales, a las universidades, al Gobierno de Canarias, a los cabildos -como ahora-, a cualquiera que presentase un estudio riguroso que concluyera demostrando el peso de la evidencia. Contestaba el ministro en aquel entonces: "puede ser, puede que sean los ultrasonidos, pero nadie me lo ha demostrado a mí". Eso es lo que decía el ministro. Negaba también que aquellas escenas dantescas de varamientos en las playas perjudicaran al turismo de las islas -como ahora- y además rechazaba con palabras gruesas, acusando de demagogia y de antipatriotismo, a aquel que lo denunciaba.

Hoy las maniobras, pues, están prohibidas y nadie en su sano juicio discute la relación. ¿Nos pasará lo mismo, señoría, nos pasará nuevamente con el petróleo lo que pasaba con los zifios que morían en las playas de Fuerteventura? ¿Se jugará el ministro de Industria el futuro de Canarias al azar, como en Castellón, sin ningún estudio previo? ¿Cómo es posible que el ministro diga que, con independencia de los estudios medioambientales, la decisión ya está tomada? ¿No es eso un fraude? ¿No es eso una irresponsabilidad, exponer a Canarias a los múltiples riesgos catastróficos -sí, señorías, catastróficos- del petróleo por saciar los intereses económicos de las multinacionales del petróleo?

El señor presidente: Muchas gracias, doña María del Mar.

Señor consejero, don Domingo Berriel.

El señor consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial (Berriel Martínez) (Desde su escaño): Gracias, señor presidente.

Lo más grave de todo esto es la predeterminación de la autorización. La autorización de facto ya está concedida, en fraude de ley.

Muchas gracias.

El señor presidente: Muchas gracias, don Domingo, señor consejero.