Diario de Sesiones 156, de fecha 10/2/2015
Punto 26

8L/PNL-0406 PROPOSICIÓN NO DE LEY, DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS SOCIALISTA CANARIO Y NACIONALISTA CANARIO (CC-PNC-CCN), SOBRE SOLICITUD AL GOBIERNO DEL ESTADO EN RELACIÓN CON PLAN DE ACCIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD FRENTE A LA HEPATITIS C.

El señor PRESIDENTE: Proposición no de ley de los grupos Socialista Canario y Nacionalista Canario, sobre solicitud al Gobierno del Estado en relación con el plan de acción del Sistema Nacional de Salud. Hay dos enmiendas: una del Grupo Mixto y otra del Grupo Parlamentario Popular.

¿Cómo van a ser las intervenciones de los grupos? (Comentarios desde los escaños). (Pausa).

Don Jesús Morera, del Grupo Socialista Canario, para la defensa.

El señor MORERA MOLINA: Gracias, señor presidente.

Ayer comenzaba mi intervención y vuelvo hoy a hacerlo de la misma manera -digo mi intervención en la Comisión de Sanidad-, recordando a quienes sufren una enfermedad como la hepatitis C. Es cierto que no todos los portadores del virus C de la hepatitis desarrollan la enfermedad, pero los que la sufren en su fase avanzada estaban hasta ahora abocados al trasplante hepático o a la muerte en un altísimo porcentaje. Para este colectivo, ver que por fin hay una posibilidad de curación es algo inenarrable y que genera unas expectativas con las que no se puede trivializar.

Decía en el debate de ayer y vuelvo a decirlo hoy que convenía distinguir nuestro pronunciamiento sobre la necesidad de garantizar estos nuevos fármacos desde el Sistema Nacional de Salud y, por otro lado, de dónde vamos a sacar el dinero para ello, y creo que en esta proposición no de ley se recoge este espíritu.

Hay que entender que este rollo de los precios y de la financiación no les va a los pacientes, a los afectados. Ellos saben que hay unos fármacos nuevos con una efectividad muy alta y quieren que se les administren cuando los necesiten.

No sorprende el enfado de los enfermos con hepatitis C, desde que la Agencia Europea del Medicamento dio su visto bueno en enero del 2014 hasta que se llegó, en España, a un acuerdo con el precio -un acuerdo, por cierto, a nuestro entender, insatisfactorio- y su posterior comercialización pasaron diez meses.

No cabe la menor duda de que el Sistema Nacional de Salud tiene que asumir el coste de estos tratamientos, como ha sido hasta ahora, y más con lo efectivos que resultan estos fármacos. Además se debe exigir celeridad en la dispensación de los mismos, en este momento con el protocolo que hay vigente y cuando esté con el nuevo protocolo, pues, con ese nuevo protocolo.

En todos los colectivos hay todo tipo de personas pero mi impresión es que en los colectivos de afectados por la hepatitis C hay mucho sentido común. Esto lo digo después de haber hablado con ellos recientemente. Entienden perfectamente que no se matan mocas con ametralladoras: igual que no se usan antibióticos para una gripe tampoco todos los portadores del virus C requieren los fármacos de última generación. Esto lo entienden perfectamente, pero también entienden que no van a esperar por el fármaco cuando lo tienen correctamente indicado por su hepatólogo.

Dicho esto, también considero oportuno tomar un criterio responsable quienes tenemos cargos de representación pública, manifestar nuestra opinión sobre este tema y proponer medidas para racionalizar esta cuestión.

Se ha comentado en varios foros la posibilidad de traspasar la negociación de los precios a Europa. Yo particularmente creo que esto no procede. La diferencia de modelos de sistemas de salud de los distintos países hace poco viable una negociación común. Cuando la Agencia Europea del Medicamento autoriza un fármaco, no tiene en cuenta el modelo de financiación de los fármacos o de los medicamentos en cada país. O en cualquier caso, si tiene alguno en cuenta, es el modelo de pago o copago de los medicamentos, absolutamente opuesto a nuestro modelo de gratuidad para fármacos como el sofosbuvir, que sería un fármaco de dispensación hospitalaria. En esos otros países adquiere un papel importante la disposición a pagar del paciente, en la que juega un papel importante, un factor importante, la posibilidad económica de hacer el gasto y el apremio o la necesidad de consumirlo. Qué grande es nuestro sistema que no pone al paciente en esta tesitura de tener que decidir si tiene o no disposición a pagar por el fármaco. Aquí, en nuestro país, queda en función del criterio técnico del profesional que lo atiende. Ya sé que esto es antiliberal y que a la derecha no le gusta, pero por eso somos distintos. Es nuestro país el que debe asumir la negociación de los precios de los fármacos en función de nuestro modelo de prestación farmacéutica. Un modelo garantista, cuestión conocida por las multinacionales farmacéuticas y que utilizan esto para presionar inhumanamente.

El problema se plantea ciertamente por lo desorbitado del precio de este fármaco y por lo numeroso de los pacientes que se beneficiarán de él. Hay varias decenas de fármacos más caros que el sofosbuvir financiados por el Sistema Nacional de Salud pero para enfermedades poco frecuentes, por lo que su repercusión presupuestaria es mucho menor. Obviamente, se debería vincular el precio de los fármacos con el número de pacientes que se va a tratar.

La empresa Gilead, la que comercializa el fármaco sofosbuvir, está obteniendo unos beneficios salvajes, cobrando precios abusivos en una actitud codiciosa, que no tiene otro calificativo, de enriquecimiento indecente, lucrándose con las expectativas y con las esperanzas de pacientes que utilizan para generar más presión.

Gilead es una empresa sin corazón, sin alma y sin rostro, sustentada por fondos de capital riesgo, que compró la empresa que desarrolló el sofosbuvir en 11.000 millones de euros y en el primer año ya ha amortizado la compra; que multiplicó por tres los precios recomendados por la empresa que desarrolló el producto, la empresa Pharmasset.

Gilead es una empresa que ha subido en diez meses el 60% de su cotización en bolsa. Por cierto, es una empresa que está siendo investigada por el Senado de los Estados Unidos por sus precios abusivos.

Sepan ustedes que el coste del desarrollo del producto fue simplemente, simplemente, de 62,5 millones. En el primer año ha multiplicado esta cifra por 170, en beneficios.

Dicho esto, quisiera dejar claro que no debemos hacer el juego a quienes quieren imponer precios abusivos aprovechando la necesidad de la gente. Ante esto, criterio científico, negociación con la ley en la mano y modificación de la ley si fuera necesario. Porque ¿quién pone límites a los precios de los fármacos?, ¿somos conscientes de que una empresa con su avaricia y su codicia puede poner contra las cuerdas a un sistema público de salud?

Pidió nuestro partido político hace meses que se creara un comité de expertos libre de conflicto de intereses y una línea estratégica para marcar el plan a seguir en el tratamiento integral de los pacientes con hepatitis C. Ahora se ha creado, bienvenido sea, aunque sea tarde. De ese comité de expertos esperamos, como no puede ser de otra manera, unos criterios claros y objetivos de la indicación de cada fármaco basados en las evidencias científicas que se tienen actualmente. Y digo que ha sido tarde; de hecho, vamos a por los terceros criterios de prescripción, con una negociación de precios malísima y sin ninguna aportación económica a la vista por parte del Ministerio de Sanidad. Realmente para ese viaje no hacían falta estas alforjas.

En cuanto a la financiación, pedimos en esta proposición no de ley que el ministerio aporte, con carácter excepcional, en este primer momento, financiación para los afectados en fase avanzada.

Y digo que la situación es excepcional porque se trata de un fármaco con alta efectividad, del que se prevé un consumo inicial alto, porque se ha demorado la autorización por la Agencia Española del Medicamento, porque su aprobación coincide con que ya estaban aprobados los presupuestos de las comunidades autónomas; y además porque aún queda pendiente fijar por el Ministerio de Sanidad los nuevos criterios de indicación. Por todo ello parece más que razonable que para el primer año se cree un fondo extraordinario del Ministerio de Sanidad para sufragar ese gasto inicial. Además sugerimos que se puede utilizar para ese gasto el aumento de recaudación que se va a hacer, que va a hacer el Ministerio de Sanidad, con la importante subida del IVA en productos sanitarios. Lo comido por lo servido.

En cualquier caso, nuestra opinión es que ningún paciente que reúna los criterios que el grupo de expertos dictamine quede sin su tratamiento por cuestiones económicas, y eso implica que si el Gobierno de España no se aviene a razones lo tendremos que hacer nosotros en Canarias.

En Canarias, por darles algunas cifras, los expertos han calculado que hay unos cuatrocientos pacientes en fase 4, es decir, con necesidad a corto plazo de tratamientos de este tipo, de hecho, ya se están administrando a estos pacientes en algunos hospitales de nuestra comunidad. El precio que estamos pagando en nuestra comunidad por un tratamiento combinado de doce semanas -hay otros modelos de tratamiento pero este es el más usado, el de doce semanas-, que incluye el sofosbuvir y el simeprevir, que es el tratamiento más recomendado por los expertos, es de 48.202,86 euros. La cifra necesaria asciende a unos 19 millones de euros. Es cierto que habría que descontar la cantidad que ya se gasta con los tratamientos actuales para calcular el incremento, y yo he calculado, aproximadamente, unos 12 millones de euros que vamos a tener que gastar. Es mucho dinero.

Paso a leerles el contenido de la proposición no de ley:

"El Parlamento de Canarias insta al Gobierno de Canarias, de manera urgente, a:

1. Dirigirse al Gobierno de España para exigir:

La elaboración de un plan de acción del Sistema Nacional de Salud frente a la hepatitis C que fomente la prevención, la detección precoz y el tratamiento eficaz en condiciones de igualdad para todos los ciudadanos y pacientes mediante un protocolo clínico elaborado con base en evidencias científicas. Dicho plan se elaborará con el consenso de las sociedades científicas, organizaciones de pacientes y comunidades autónomas.

Punto 1.2. Incorporar una partida presupuestaria en el Fondo de Cohesión Sanitaria que asegure la aplicación de dicho plan tanto en las medidas preventivas y de detección precoz como en el acceso a las nuevas terapias, sin discriminación alguna para todas aquellas personas afectadas que cumplan los criterios incorporados en el protocolo clínico elaborado al efecto.

Y punto 2 -que ya sería el Gobierno de Canarias-. Asegurar que ninguna persona enferma de hepatitis C se quede, por causas económicas, sin la medicación más adecuada para el tratamiento de su enfermedad".

Por todo ello, pido el voto favorable para esta proposición no de ley.

Gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Jesús Morera.

Para la defensa de la enmienda del Grupo Parlamentario Mixto, don Román Rodríguez.

El señor RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ: Señor presidente, señorías.

Primero, creo que es muy oportuno que este Parlamento tenga este y los debates que sean necesarios ante un problema muy relevante. He de decirles que gracias a los enfermos de hepatitis C se está discutiendo esto en los parlamentos de España, en los territoriales y en el parlamento estatal. Son los ciudadanos enfermos por este virus los que han llamado la atención, los que han tenido que luchar, encerrarse, pelear para que se reconozca lo que debió ser siempre un derecho inalienable, que es el derecho a un tratamiento de una enfermedad grave, de una enfermedad que mata. Para que se hagan una idea los que no manejan los datos porque tienen un notable nivel de especialización, hay en España, según los análisis epidemiológicos, en torno a ochocientas mil personas infectadas. La mitad no lo sabe, es una epidemia silenciosa, pero está ahí, ochocientas mil personas. De esa mitad... -el señor González se asombra, que tome nota (dirigiéndose al señor González Santiago)-, en torno a ochocientas mil personas en España, la mitad, insisto, no lo sabe, pero de los que tienen esa infección entre el 50 y el 80% cronifica la infección y quince, veinte, veinticinco años después su hígado falla, se cicatriza, se fibrosa, y esta lesión del hígado hace que este importante órgano no funcione y evolucione hacia tumores, tumores graves. Es tan importante el impacto de esta patología en la salud que la mitad de los trasplantes hepáticos, la causa está en la infección por la hepatitis, del virus de la hepatitis C.

Por lo tanto, estamos hablando de una infección, una enfermedad infecciosa, tan importante... Para llamar la atención de todos ustedes, produce más muertes la hepatitis C que el sida en España. Hay más muertos por hepatitis C que por sida. Por cierto, se frenó las muertes por sida gracias a los medicamentos, a la combinación de los antirretrovirales, que son otros medicamentos sobre los que también se especuló hasta que algunos países tomaron decisiones para acabar con la especulación, y ahora me referiré a ello.

Ahora la ciencia, la investigación, ha posibilitado que medicamentos contra los virus curen la enfermedad en el mejor de los casos o mitiguen su impacto. Estamos ante el reto no solamente de curar a los que están sino estamos ante el reto de que una estrategia mundializada de lucha contra la hepatitis C acabe por erradicar esta infección.

De manera que hay una oportunidad para mejorar las condiciones de vida, las condiciones de salud, de este colectivo poblacional, que a nivel mundial son 300 millones de personas y que en España está cerca del millón.

Pero han sido los enfermos, conocedores, como casi todos los enfermos crónicos, de sus problemas y de sus posibilidades. Los enfermos crónicos alcanzan un nivel de adiestramiento y un nivel de conocimiento sobre lo que les pasa y las posibilidades que la ciencia da extraordinarios. Los que hemos tenido la oportunidad de relacionarnos con enfermos crónicos lo sabemos. Saben muchísimo y son siempre muy responsables. Son siempre muy pacientes, nunca mejor dicho, pero la paciencia tiene un límite y no es de recibo que, existiendo una medicación en el mercado que puede salvar la vida a la gente, se les niegue por razones económicas, aunque algunos lo traten de enmascarar en torno a criterios de protocolo, que todavía la ciencia no lo ha aclarado.

Miren, la razón determinante, decisiva, por la que estos medicamentos tardan un año en autorizarse por la Agencia Española de Medicamentos es su precio. La razón por la que las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas y de España no están dando la respuesta diligente que estos enfermos necesitan es su precio. Y por eso felicito a los proponentes, porque en su PNL, no sé si de forma consciente o inconsciente, esencialmente, hablan de la necesidad de la financiación, porque este es el escollo. Es verdad que esta enfermedad ha obligado ahora a que las autoridades sanitarias españolas establezcan una estrategia que no existía para luchar contra la hepatitis del virus C. Es verdad, y eso está bien, y habrá que prevenir, habrá que detectar precozmente, habrá que curar y, seguro, habrá que establecer una estrategia de erradicación de la enfermedad, pero lo más determinante en estos momentos es que los que tienen este problema tengan la respuesta. Y sabemos que el precio es determinante, pero en la primera cosa que nos tenemos que poner de acuerdo en el Estado español y en Canarias es en que, cuando exista una prescripción médica para un enfermo de estas características, le garanticemos el tratamiento al margen de los costes.

Y esa es una de las razones por las que nosotros enmendamos el punto 2.2, si no me equivoco. Queremos que quede claro que, con prescripción sanitaria, con prescripción médica -¡solo faltaba!-, nadie se quede sin este tratamiento y que a partir de ahí se habiliten los recursos económicos por parte de la Administración General del Estado y por parte de la Administración canaria.

Pero voy al fondo de la cuestión, al de los precios y al de los abusos. No es de recibo, es inaceptable, es denunciable, es condenable que este mismo tratamiento, en algunos lugares del mundo, hoy cueste, afortunadamente para esos enfermos, 1.000-1.500 euros, porque las multinacionales se han visto ante la amenaza de determinados países de que o me das un precio justo o me salto la patente, porque la Organización Mundial del Comercio, desde el año 1995, tiene reglado que cabe cuestionar la patente, dar licencias obligatorias, cuando está en peligro la salud colectiva o cuando está en peligro la seguridad nacional. Y esto pasó con los medicamentos contra el sida, que se había investigado con fondos públicos norteamericanos, por cierto, y al final terminó en manos privadas, siendo un negocio extraordinario -esa es otra: fondos públicos posibilitan los antirretrovirales que luego se convierten en el tratamiento efectivo que hoy tenemos-. Lograron determinados países denunciar las patentes y fabricarlos en formulación genérica para el propio país.

Y ahora estamos en esa tesitura: primero, garanticemos, de verdad, sin doble moral, sin doble lenguaje, que cualquier enfermo que tenga la prescripción médica pertinente reciba el tratamiento al margen de su coste; y, en segundo lugar, establezcamos un frente para exigir una negociación firme frente a la industria farmacéutica. En este caso, alguien que ni siquiera investigó el medicamento, que lo compró en el mercado y que ahora especula, abusa y mata, porque esta enfermedad mata cada día a 12, 14 personas.

Y ahora es buena esta proposición no de ley o es buena la comparecencia que hemos hecho en la comisión. Hubiésemos preferido algunos discutir de esto desde que los enfermos nos alertaron de este debate. No fue posible por el periodo inhábil del mes de enero, que no se habilitó para este, se habilitó para otras cosas, también importantes, pero exactamente hubiese sido posible hacer esto. No fue posible porque la mayoría impuso su tesis de que discutir de esto asustaba a los enfermos, llegaron a decir, generaba alarma. Lo que genera alarma es que, teniendo medicamentos en el mercado que pueden salvar la vida, se le nieguen a la gente. Por eso ahora toca reconocer aquí, a ser posible por unanimidad, que los enfermos tienen derecho a este tratamiento, que se lo tenemos que garantizar y que el dinero tiene que salir del Gobierno de España y del Gobierno de Canarias de forma combinada o pactada y que hay que pelear para que estos medicamentos tengan un precio justo, un precio razonable.

Estamos de acuerdo que quien investiga, quien arriesga, amortice las inversiones y tenga beneficios razonables, pero no puede ser que los beneficios sean, no el mil por cien, el diez mil por cien. Es un auténtico abuso, un auténtico escándalo mundial, lo que significan en estos momentos los márgenes de beneficio de quien se hizo con la patente, que no fueron los que investigaron, por cierto, estos medicamentos. Y, por tanto, es importante que hoy reclamemos la estrategia española en esta materia, que esta estrategia pelee a favor de la prevención, a favor de la detección precoz, del tratamiento, de la erradicación de la enfermedad, pero los puntos que ustedes apuntan, que el Gobierno de España ponga dinero para este menester y que el Gobierno de Canarias ponga dinero para este menester, porque los pacientes no entienden a quién le toca pagar, quieren tener la respuesta.

Y yo creo que este caso obliga a una excepción, porque estamos hablando, hasta que se consiga un precio justo, de costes brutales. El salario medio de un canario está en torno a 21.000 euros. El que tiene la suerte de trabajar, que, como saben, no somos todos. Este medicamento cuesta el doble del salario de un trabajador medio de Canarias y dura entre seis y doce semanas, en función de las características clínicas, del tipo de virus, en fin, de las condiciones de cada caso. De manera que ahora cuesta mucho pero esto se puede abaratar, pero en el mientras tanto hay que garantizar este tratamiento.

Y no nos podemos conformar: si el Gobierno español no pone el dinero, si el protocolo del Gobierno español, influenciado por la política y por las condiciones económicas, es restrictivo... Porque, no les quepa duda, científicamente se podía aplicar esto razonablemente a 30.000 pacientes y se les va a aplicar a 6 o 7.000. La razón es solo económica. A los que están muy deteriorados, a los que están en estadios muy avanzados, a los que tienen más de 70 años -escuchen bien-, que no son candidatos a los trasplantes por esta condición, no se les va a garantizar el tratamiento, y eso es intolerable, y nosotros tenemos que romper eso en Canarias, si no lo rompemos en el conjunto del Estado español, como ya hacen algunas comunidades.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Román Rodríguez.

Para la defensa de la enmienda del Grupo Parlamentario Popular, doña Mercedes Roldós Caballero.

La señora ROLDÓS CABALLERO: Muchas gracias, señor presidente. Señoras y señores diputados.

Creo, y voy a hacer mías unas palabras de un médico, creo que son los médicos los que tienen que llevar el liderazgo del abordaje de la hepatitis C en este país y que la confianza de los pacientes en los médicos no la debemos truncar nunca los políticos haciendo uso demagógico de las enfermedades o sacando o intentando sacer réditos electorales.

Y me van a permitir, y voy a parafrasear al doctor Ceballos, del Hospital Doctor Negrín, jefe del servicio de Digestivo. Decía hace unos pocos días: es cierto que la situación mediática... hablamos más del precio que de los beneficios; en mi opinión, se ha desenfocado el escenario. Y además, señor Morera, para aportarle un poco de rigor, decía en otro periódico de tirada provincial, de tirada regional, decía el doctor Ceballos: el fármaco de la hepatitis C se dará sin restricciones. Y decía algo más, decía el doctor Ceballos aquí -y ustedes lo pueden comprobar, porque está publicado-, decía: es importante destacar que no cura la hepatitis C, que tiene tasas de eficacia muy elevadas, muy superiores a los tratamientos clásicos, pero, desgraciadamente, hablar de curación de la hepatitis C es demasiado ambicioso de momento. Este es el rigor de los profesionales, de los que saben de esto, a los que tenemos que darles toda la confianza y los pacientes -yo también he hablado con los pacientes de hepatitis C-, ellos lo saben, ellos lo saben, y ellos confían plenamente en sus médicos, porque son los médicos los que tienen que prescribir y no los políticos, ni en los foros, en las calles; no, no, no, son los médicos, con evidencia científica, con criterios clínicos y científicos.

Y yo me alegro muchísimo, señorías, de que a nivel mundial tengamos una industria farmacéutica. Por cierto, en nuestro país aporta el 20% de la I+D+i de nuestro país, la industria biomédica farmacéutica, esa industria farmacéutica, que es la que ha conseguido logros como estos antivirales, estos inhibidores de la polimerasa.

Quisiera decirles, señorías, que, efectivamente, la hepatitis C es un problema de salud pública de primera magnitud, porque es la primera causa de cirrosis hepática, de enfermedad hepática terminal y de trasplante hepático en nuestro mundo desarrollado; porque es la primera causa de mortalidad por una causa infecciosa y porque es la única infección viral crónica con potencial oncogénico, es decir, capaz de producir un tumor, en este caso los hepatomas, que es susceptible de tener tratamiento antiviral con una alta eficacia.

Pero, señorías, vamos a encuadrar las cosas en su sitio, porque este país, España, España, es el segundo país de toda la Unión Europea, después de Francia, que está trabajando ya en un plan nacional estratégico para el abordaje de la hepatitis C. El resto de países europeos no tiene plan estratégico. Y, además, el ministerio ha puesto al frente de este plan estratégico a un hepatólogo de reconocido prestigio internacional, el doctor Joan Rodés, rodeado de los mejores hepatólogos con reconocimiento nacional e internacional, con las mejores sociedades científicas, con las sociedades de pacientes, las asociaciones de pacientes, y además desde el día 14 de enero con la unanimidad de todas las comunidades autónomas, de las socialistas también y de las nacionalistas también. Todas las comunidades autónomas agrupadas en torno al ministerio, a la estrategia nacional. Por lo tanto, señor Morera, su petición, en el punto número 1, absolutamente innecesaria.

En segundo lugar, España, a la vanguardia y pionera en la incorporación a la financiación pública y en la aprobación y autorización de estos nuevos antivirales, de estos inhibidores de la polimerasa. Concretamente, el simeprevir, aprobado en agosto del 2014; el sofosbuvir, la gran esperanza, en noviembre del 2014. Señor Morera, ¿usted sabe que el sofosbuvir solamente Luxemburgo, Suiza, Bélgica y España lo tienen en financiación pública?, ¿usted sabe que, por ejemplo, Alemania o Francia no lo tienen en financiación pública? ¿Usted sabe, señor Morera, que el daclastavir, que es el último aprobado e incorporado en financiación pública en diciembre del 2014 por España, solamente está aprobado y con financiación pública en Reino Unido, Austria, Dinamarca, Holanda y España, que el resto de países europeos no lo tienen aprobado ni en financiación pública? ¿Sabe usted, señor Morera, que a día de hoy el ministro de Sanidad acaba de comunicar que hay 4.500 pacientes ya, a día de hoy, en España tratándose con estos inhibidores de la polimerasa? Eso es rigor científico, es estar actualizado, que es lo que necesitan nuestros pacientes.

Y en cuanto a las cifras virtuales que aquí algunos aportan, mire, en esta estrategia nacional de abordaje de la hepatitis C lo primero que ha hecho Joan Rodés y su grupo de expertos es solicitar un registro a las comunidades autónomas para saber cuántos pacientes tienen, qué tipo de genotipo tiene cada uno de esos pacientes de virus C, si tiene pleomorfismos o no, qué grado de afectación hepática o grado de fibrosis hepática, de la F1 a la F4, tienen esos pacientes, cuántos trasplantados, cuántos han sido reinfectados, cuántos tienen complicaciones, cuántos han recibido tratamientos clásicos anteriores, cuántos han tenido efectos adversos y no se les han podido dar estos medicamentos, cuántos tienen infecciones concomitantes de virus de hepatitis B o de virus del sida, del virus del VIH, que son unos factores determinantes en el pronóstico de estos enfermos... Esos datos que se le acaban de aportar por las comunidades autónomas a la estrategia, ahí es donde vamos a saber realmente lo que necesitamos. Pero, mire, la competencia en la gestión sanitaria la tienen las comunidades autónomas y, señoría, el Fondo de Cohesión, ese que piden que se amplíe, a lo mejor el señor Morera y los socialistas no saben que para este año 2014 ha aumentado para Canarias un 60%: 7,5 millones de euros más, 7,5 millones de euros más. Algunos no se habrán dado cuenta de que el fondo de suficiencia para los servicios fundamentales, para sanidad, para educación y servicios sociales, para este año 2015 aumenta 154 millones de euros y resulta que este Gobierno se queda con 116 millones para hacer caja para sus chiringuitos y no lo emplea en los servicios fundamentales. Eso está así recogido en la Ley de Presupuestos de este año.

Pero es más, señorías, esta tarde se hablaba aquí de que qué iba a hacer este Gobierno con el dinero que se ahorra de la condonación de los intereses de la deuda del FLA y del Plan de Pago a Proveedores. Sabe usted, señor Rodríguez, esos 167 millones de los que usted hablaba de condonación de la deuda fíjese usted si nos dan para pagar antivirales a los pacientes de hepatitis C de Canarias. Por lo tanto, demagogia, ni una; demagogia, ni una.

Y, mire, usted, señorías, el dinero ahorrado, gracias a cuando los fármacos salen de patente y se pueden fabricar los genéricos, gracias a que tenemos en España un sistema de precios de referencia, gracias a haber sacado medicamentos de nuestro vademécum y de la financiación pública, que eran de baja eficacia, nos permite incorporar las innovaciones farmacológicas a nuestro arsenal terapéutico. Por lo tanto, todo lo que hemos ahorrado por una política farmacéutica más adecuada, en la que ahora paga más quien más tiene y nada quien nada tiene, gracias a eso, se pueden financiar los fármacos de la hepatitis C.

Y nosotros en la enmienda, señor presidente, lo que pedimos es lo que ya otras comunidades, por ejemplo Cataluña, ya está empezando a trabajar: que tengamos de verdad un grupo de trabajo aquí, en Canarias, para conocer el alcance y la magnitud de la hepatitis C aquí, en Canarias, para saber cuántos pacientes no diagnosticados tenemos, para saber cuántos pacientes en riesgo potencial tenemos y para saber, hacer un seguimiento de la estrategia nacional que se acaba de poner en marcha. Para eso es lo que necesitamos aquí, en Canarias, tener datos, tener evidencia científica, tener rigor, menos demagogia y menos electoralismo.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, doña Mercedes Roldós.

Don Jesús Morera, para fijar la posición sobre las enmiendas de los dos grupos.

El señor MORERA MOLINA (Desde su escaño): Sí, como no puedo reabrir el debate, simplemente me pronuncio sobre las enmiendas. Ya me gustaría poderlo reabrir.

Con respecto a la enmienda del Grupo Mixto, nos gustaría plantear una transaccional, simplemente por ser un poco más explícito en el texto, aunque entendemos que esto viene recogido en nuestro punto 2.2, pero, bueno. La transaccional sería, señor Rodríguez: "El Parlamento de Canarias insta al Gobierno de Canarias a garantizar la suficiencia presupuestaria necesaria a fin de tener una partida específica que asegure en Canarias que ninguna persona enferma de hepatitis C se quede, por causas económicas, sin la medicación más adecuada para su tratamiento". Vale.

Y con respecto a la del Partido Popular, yo estoy totalmente de acuerdo, señora Roldós, con usted en que los que prescriben no son los políticos ni las asociaciones de pacientes, que son los médicos, pero sí somos los que decidimos la financiación. Por tanto, su enmienda, que no dice nada de financiación por ningún sitio, que simplemente lo que hace es despejar el problema hacia Canarias, pues, no podemos aceptarla de ninguna manera. Es decir, esto desvirtúa totalmente el espíritu de esta proposición no de ley, que era ponernos de acuerdo en de dónde hay que sacar el dinero para financiar estos fármacos. No la aceptamos.

El señor PRESIDENTE: Me dicen los servicios de la Cámara si la transaccional se la puede pasar un momentito, si es tan amable.

Para fijación de posiciones, Grupo Nacionalista Canario, doña María Luisa Zamora Rodríguez.

La señora ZAMORA RODRÍGUEZ: Señorías.

Parece que esto es como el chiste, que la señora Roldós va en la dirección correcta y todos los demás en dirección contraria, ¿no? Es más o menos eso.

La verdad es que cuando leí... -por favor, señora Roldós-, cuando leí la enmienda del Partido Popular, la verdad es que me pareció una verdadera tomadura de pelo. Me parece una actitud irresponsable y una falta de respeto, pero no a nosotros, a todos los pacientes que están esperando por un tratamiento que no les llega. Eso es lo que me parece totalmente irresponsable. Y es que parece que el PP no sabe... (Rumores en la sala). Por favor, yo así no puedo hablar, o se callan o no puedo hablar. No se rían...

El señor PRESIDENTE: Señorías, yo creo que... no demos lugar a estas cosas. Lo está viendo, ya lo saben, el canal de... Se escucha y si hay algo que alegar después se pide la palabra y vemos lo que...

De momento, doña María Luisa, continúe. Y, por favor, escuchemos a quien está en uso de la palabra.

La señora ZAMORA RODRÍGUEZ: ¿Y es que no sabe el PP que el tema de la hepatitis C es un problema muy grave de salud que tiene el Sistema Nacional de Salud, que no es un problema exclusivo de la Comunidad Autónoma de Canarias, que obra en todo el país y que es el Sistema Nacional de Salud quien tiene que dar una solución y rápida porque hay muchos pacientes que están sufriendo y que están muriendo en el camino?, ¿es que no lo saben? Vamos, es que me parece... ¿Que, además, no sabe el PP que hay 800.000 pacientes en España afectados del virus, que hay doce personas al día que mueren de infección por la hepatitis C? ¿No lo saben o es que el PP desconoce esta cifra? Es que resulta que ahora quiere que la iniciativa nuestra se la liquide, o sea, la suprimimos, y la cambia por que en Canarias se cree un grupo de trabajo para hacer un seguimiento de un plan nacional que todavía, además, no está elaborado. En eso se circunscribe la enmienda del Partido Popular, todo lo demás es agua mojada. Bueno, esto es escabullir el bulto, esto es mirar para otro lado. Y, sin hacer demagogia, esto es ignorar el sufrimiento de tantas personas que están afectadas por el virus y que están desesperadas para recibir el tratamiento que no llega. ¡Eso es lo que pasa actualmente! (Comentarios desde los escaños). No, no llega, señora Roldós. Y esto no es un diálogo.

La gestión que el Gobierno está haciendo de esta crisis es un auténtico despropósito, porque, lejos de buscar soluciones, el Gobierno de Rajoy mira para otro lado ante el sufrimiento de los enfermos y sus familias. La falta de transparencia sobre los fármacos, la confusión en las informaciones sobre los tratamientos y la ineficacia con la que el Gobierno está gestionando este asunto ha provocado más angustia en los afectados y ha incrementado la incertidumbre en la opinión pública.

En estos momentos pedimos que se termine ya la elaboración de este plan nacional, este plan estratégico, que es necesario, pero que en estos momentos digan... Somos pioneros: ¿pioneros de qué? Está Francia y Alemania, pero es que este tema, sabiendo el ministerio, como sabía, que iban a salir estos medicamentos, se podía haber adelantado y haber avanzado y haberlo tenido ya hecho, no esperar a ahora, tal como está la situación. ¿Que somos avanzados?, avanzados de nada, señora Roldós, no somos avanzados de nada.

Y además el ministerio tiene que seguir negociando con la industria farmacéutica, que está haciendo el agosto con estos medicamentos con unos precios abusivos, salvajes. Debe haber una estrategia de control de precios de productos farmacéuticos que evite precios abusivos por parte de los laboratorios en el tratamiento de la hepatitis C y en otros medicamentos innovadores. Los precios son abusivos y codiciosos y podrían poner en riesgo la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, que es algo de lo que nadie ha hablado. Y la estrategia de control de precios no puede ser solo una estrategia de país, debe ser una estrategia de la Unión Europea. El Estado debe transmitir a la industria farmacéutica que los criterios de salud pública deben primar por encima de todo. Ha habido incapacidad para negociar un mejor precio y el Gobierno tiene incluso que pedir revisar las patentes. No se pueden mantener privilegios para mantener una patente frente al derecho a la salud, que es lo más importante de todo. Una cosa es que los laboratorios tengan su beneficio, que eso es normal, y otra cosa es especular a costa de la salud de las personas, que es lo que se está haciendo en estos momentos con estos fármacos.

Hay un estudio de la Universidad de Liverpool que dice, que ha demostrado que el Sovaldi podría ser producido por 85 euros para un tratamiento de tres meses y el Sovaldi se vende en España a 25.000 euros por persona, por tratamiento; y si se manda combinado, que es lo normal, la cantidad asciende a 45.000 euros.

¿Se ha negociado bien? No se ha negociado bien. La empresa Gilead, que es la que comercializa el Sovaldi, ha obtenido en 2014 más de diez mil millones de euros en el último año, cuadruplicando sus beneficios a costa del Sovaldi. Y esto no se puede tolerar, porque en estos momentos van a salir, de forma inmediata, otros fármacos innovadores, que ya están ahí, a la vuelta de la esquina, y ya se sabe que van a salir. Y el ministerio sabemos que es el que autoriza que los productos salgan al mercado, los productos farmacéuticos, y el que marca los precios y los márgenes de beneficio.

Además pedimos que las comunidades autónomas recibamos financiación del ministerio a través del Fondo de Cohesión Sanitaria, porque el tratamiento de la hepatitis C debe tener financiación específica del Ministerio de Sanidad, como la hubo para el sida o para la hormona del crecimiento. Y, como dije, son medicamentos muy costosos, sabemos las dificultades presupuestarias de las comunidades autónomas, al menos de la nuestra, que es la peor tratada cuando estamos recibiendo 500 millones de euros menos que en el año 2009. Y, por tanto, debe garantizarse el acceso en igualdad a todos los pacientes, vivan en la comunidad en que vivan.

Por tanto, señora Roldós... Usted siempre hablaba de una frase, me acuerdo que siempre me decía, cuando se incorporaba una nueva prestación a la cartera de servicios, usted decía: usted invita y yo pago. Pues, mire, aplíquese el cuento, ¿eh?, usted invita y yo pago. En estos momentos vamos a garantizar que todos los pacientes que lo necesiten, que esté indicado, reciban su tratamiento y usted preocúpese de su partido, resuelva el problema ya...

El señor PRESIDENTE: Un minuto, doña Marisa.

La señora ZAMORA RODRÍGUEZ: ... que el Partido Popular se dedique a resolver su problema, que es un problema muy grave que tiene, en este momento el más grave que tiene el Sistema Nacional de Salud, que solucione el problema, porque hay gente que está muriendo y mañana puede ser demasiado tarde.

El señor PRESIDENTE: Señorías, vamos a votar la proposición no de ley de los grupos Socialista Canario y Nacionalista Canario, sobre solicitud al Gobierno del Estado en relación con el plan de acción del Sistema Nacional de Salud frente a la hepatitis C, con la enmienda transaccional presentada por el Grupo Parlamentario Mixto y transada por el Grupo Socialista Canario, con esa enmienda incorporada. Comienza la votación. (Pausa).

Resultado: 42 presentes; 25 a favor, 17 en contra y ninguna abstención.

Queda aprobada.