Diario de Sesiones 52, de fecha 8/11/2016
Punto 14

9L/PO/P-0952 Pregunta del señor diputado don Juan Manuel García Ramos, del Grupo Parlamentario Nacionalista Canario (CC-PNC), sobre el modelo educativo universitario respecto de la demanda laboral, dirigida a la señora consejera de Educación y Universidades.

El señor VICEPRESIDENTE PRIMERO (De la Hoz Fernández): Siguiente pregunta: del señor diputado don Juan Manuel García Ramos, del Grupo Nacionalista Canario, sobre el modelo educativo universitario respecto a la demanda laboral, dirigida a la consejera de Educación y Universidades.

Señor García Ramos.

El señor GARCÍA RAMOS (Desde su escaño): Gracias, presidente. Señora consejera. Señorías.

Ayer mismo se reunió en Bruselas el flamante ministro de Educación y portavoz del Gobierno de España, don Íñigo Méndez de Vigo, y recibió un doble rapapolvo: uno porque se ha confirmado el fracaso de la Lomce en lo que significa la Formación Profesional Básica como itinerario alternativo para frenar el abandono escolar; y otro de los rapapolvos que recibió fue en la falta de colaboración que se da hoy día entre las universidades y el empresariado.

Yo formulo esta pregunta porque en septiembre se produjo una polémica en la prensa tinerfeña, en el periódico El Día, entre el rector de la Universidad de La Laguna, que venía a decir que la universidad no era una escuela de formación profesional para los intereses de determinados empresarios y el secretario de la CEOE, que le contestaba que no había oscuros intereses en el empresariado y que él consideraba que la Universidad de La Laguna era una fábrica de parados (Se reincorpora a su lugar en la Mesa la señora presidenta).

El Plan Bolonia está en funcionamiento hace algunos años justamente para adecuar una asimilación de lo que son los estudios superiores a lo que son los intereses también empresariales. Yo no he pensado nunca que los centros o las universidades tengan que ser estrictamente utilitarias, pero sí que tienen que buscar la fórmula de colocar a nuestra gente. Parece que hay datos, que todavía no han sido facilitados por el Istac pero que van a ser facilitados, que nos hablan de un gran problema a la hora de colocar a nuestros graduados. Y no es lo mejor el clima de, vamos, no entendimiento entre las universidades y el empresariado, digo que no es el clima más favorable para que esta colocación o empleabilidad de nuestros graduados sea más efectiva. ¿Qué piensa la consejería al respecto?

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor García Ramos.

Señora consejera.

La señora CONSEJERA DE EDUCACIÓN Y UNIVERSIDADES (Monzón Cabrera) (Desde su escaño): Gracias, presidenta.

Señoría, no podemos obviar que la sociedad no es estática sino que se rige por unas complejas dinámicas que hacen que haya que prestar permanente atención para que la formación que se imparte en las universidades satisfaga las necesidades del mercado laboral. Es más, debemos trabajar también para que las propias universidades se conviertan en motoras del cambio del proceso en el mercado laboral, tal y como vienen haciendo en áreas muy concretas y que se desarrollan a través de herramientas como los campus de excelencia, con los que las universidades canarias han detectado y fortalecido los sectores económicos donde las islas pueden ser más fuertes, como las ciencias marinas, la biomedicina, la astrofísica...

De todos es sabido que la perspectiva laboral es mucho... pero para cualquier persona, a medida que disminuye el nivel de educación formal, por lo que siempre aquella persona que tenga estudios universitarios tendrá mayores oportunidades laborales, si bien es cierto que en el momento en que nos encontramos suelen ser empleos que están por debajo de su formación académica.

Por otro lado, el marco jurídico en el que se establecen los estudios universitarios oficiales, el Real Decreto 1393 del 2007, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, encorseta en cierta medida la capacidad de nuestras universidades para adaptarse a las nuevas demandas de titulaciones que van surgiendo en una sociedad tan cambiante como la actual. Por ello las universidades han establecido los denominados títulos propios, que tienen como finalidad satisfacer los intereses y las necesidades propias de nuestra comunidad, así como para la formación permanente, como una oferta flexible y de respuesta rápida a las demandas de formación, que son las encargadas de impartir como instituciones de enseñanza superior. Aunque bien es cierto que en España las titulaciones propias no tienen reconocimiento oficial, sí que están certificadas por los centros universitarios.

Esto no quiere decir que nos podamos dar por satisfechos. De hecho, la más reciente reorganización a nivel europeo, como es el conocido Plan Bolonia, tenía entre sus principales objetivos ese acercamiento de la formación académica a las necesidades prácticas del mercado laboral. Pero es aún más importante, a mi juicio, potenciar el emprendimiento. De modo que quizá el debate no sea solo si la formación universitaria se adapta al mercado como si fuesen dos compartimentos estancos; quizás haya que preguntarse también si nuestros universitarios reciben la formación necesaria para emprender...

La señora PRESIDENTA: Se acabó su tiempo, señora consejera.

Muchas gracias.