Diario de Sesiones 144, de fecha 20/12/2018
Punto 16

9L/PO/P-2633 PREGUNTA DEL SEÑOR DIPUTADO DON JUAN JOSÉ MÁRQUEZ FANDIÑO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO PODEMOS, SOBRE LA COORDINACIÓN ENTRE EL SISTEMA EDUCATIVO Y EL SANITARIO CUANDO SE DETECTAN CASOS DE TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD EN LAS AULAS, DIRIGIDA AL GOBIERNO.

La señora PRESIDENTA: Turno ahora para el señor diputado don Juan Márquez Fandiño, del Grupo Parlamentario Podemos, sobre la coordinación entre el sistema educativo y el sanitario cuando se detecten casos de trastorno por déficit de atención e hiperactividad en las aulas.

Señor Márquez.

El señor MÁRQUEZ FANDIÑO (Desde su escaño): Gracias, presidenta. Buenos días, señorías.

No sé si me va a responder la señora Monzón o el señor Baltar, porque es una pregunta al Gobierno, pero tiene que ver con educación y con sanidad, y con sanidad privada, por cierto, también.

Nos saltaba el otro día la alerta cuando escuchábamos al señor Rafael Yanes, diputado del común, a su oficina, relacionar el trastorno por déficit de atención o hiperactividad con el fracaso escolar, algo que a nosotros nos parece un error, y no solo a nosotros sino que la propia Asociación Canaria de Neuropsiquiatría y Salud Mental lo ha dejado bastante claro. El propio descubridor del TDH incluso tiene dudas al respecto de que exista, porque detrás de ese diagnóstico había una presión farmacéutica enorme, de intentar hacer negocio también con algo que podría tener otro tipo de tratamiento y no directamente el farmacológico.

En cualquier caso, hoy no vamos a estar debatiendo eso, porque eso le pertenece evidentemente a la comunidad científica, pero sí que nos preocupa que la coordinación que exista entre Educación, entre la Consejería de Educación y Sanidad se limita a que, cuando se encuentran un caso de hiperactividad, o de lo que llaman TDH, déficit de atención en las aulas, lo que hacen es darles unas becas monetarias, les llaman becas, no entiendo por qué, para que a esos alumnos sus familias los lleven a tratarse en una clínica privada. Esto, señora consejera, tiene muchas lecturas. Por un lado está el negocio de las clínicas privadas en torno a algo tan delicado como es la salud mental infantojuvenil, que en el Plan de Salud Mental es algo que debe tratarse en profundidad. Así se lo hemos hecho saber al señor consejero.

Tiene otra lectura, que a mí me resulta todavía más preocupante, y es que los déficits de profesorado, la falta de recursos humanos y materiales que tenemos en el sistema educativo... Porque hay unas ratios de profesor-alumno que son inaceptables, señora consejera, y usted lo sabe. Es algo que tenemos que trabajar en ello, no puede ser que en las clases haya treinta o cuarenta alumnos para un solo profesor. Que haya un niño con déficit de atención y el profesor no los pueda atender, obviamente, señora consejera, no podemos culpar al profesor, pero que ese déficit de recursos humanos y de recursos materiales, que ese déficit educativo lo estemos paliando con fármacos, señora consejera, eso sí que me preocupa. Y nos preocupa no solo a nosotros sino a la propia Asociación Canaria de Neuropsiquiatría y Salud Mental. Eso es inaceptable.

Por tanto, quiero que hoy aquí nos responda a cómo se está coordinando ese trabajo, por qué les dan ustedes becas para que se atienda a esos niños en las clínicas privadas y no el propio Servicio Canario de Salud.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Márquez.

Señora consejera.

La señora CONSEJERA DE EDUCACIÓN Y UNIVERSIDADES (Monzón Cabrera) (Desde su escaño): Gracias, señora presidenta. Señoría.

Pues tengo que contradecirle la información que tiene y espero que le alegre en este caso que sea así.

Usted me pregunta por la coordinación cuando se detectan los casos, también hay una coordinación antes y para llegar a ese momento. Como no me va a dar tiempo, sí voy a explicarle la segunda parte, que es por la que usted pregunta.

Esa coordinación entre ambos sistemas, el sanitario y el educativo, se realiza, como no puede ser de otra manera, a través de los profesionales y tal y como está establecido en el convenio específico de colaboración entre las consejerías de Sanidad y Educación, en aquel momento Educación, Universidades y Cultura, porque es del 2011.

Una vez recibido el informe clínico en el centro educativo donde se confirma el trastorno por déficit de atención por hiperactividad, el orientador u orientadora del centro concluye la valoración y elabora un informe psicopedagógico donde se especifican las medidas educativas que precisa el alumno o alumna y a partir de ahí difieren las coordinaciones en función del área que debe atender el caso. Si es con salud mental, la coordinación entre el coordinador o coordinadora del equipo de zona y la unidad de salud mental se realiza al inicio del curso escolar y se planifica una sesión mensual o trimestral en función de las necesidades del alumno o alumna; si las actuaciones son con atención primaria, la coordinación se realiza entre el orientador u orientadora del centro educativo y pediatría cuando surja la necesidad o urgencia sobre el alumno o alumna a tratar.

Una de las finalidades del seguimiento es el intercambio de información sobre el funcionamiento de las medidas de intervención que se aplican al alumnado.

Destacamos también aquí la coordinación entre los trabajadores y trabajadoras sociales de las dos consejerías, siempre que la patología psíquica del alumno o alumna lo requiera al necesitar otro tipo de respuesta o búsqueda de soluciones sociales y familiares.

Por otro lado, contamos también con los maestros y maestras de Audición y Lenguaje de la Consejería de Educación, que mantienen coordinaciones con atención primaria y hospitales.

Y, bueno, también le digo que, sobre la referencia que ha hecho a las ratios, las ratios han mejorado mucho porque, como ya hemos anunciado...

La señora PRESIDENTA: Gracias, señor consejera. Se acabó su tiempo.